jueves, 2 de octubre de 2014

GUPPYS




Los peces guppy son una variedad muy común para tener en peceras y acuarios como mascota, ya que no requieren demasiados cuidados y además se reproducen fácilmente. Destacan por su colorido y, especialmente, por la gran cola de los machos. Si estás pensando en tener peces como mascota, te recomendamos mucho esta variedad.


Para empezar, cabe señalar que los guppys son peces muy sociables y que resultan apropiados para los principiantes en el cuidado de peces, ya que no requieren cuidados demasiado complicados.



Los peces guppy son peces de agua caliente, procedentes de Centroamérica, por lo que se recomienda criarlos en temperaturas entre los 22°C y 28°C, siendo 25°C la óptima. Aun así, cabe destacar que son peces que se adaptan muy bien a las condiciones del agua.



En cuanto al acuario ideal, es recomendable que se usen peceras con filtro y oxigenador para estabilizar el agua. El pH del agua deberá ser ligeramente alcalino, que oscile entre 6,5 y 8.


Se trata de peces omnívoros a los que se recomienda alimentarlos en poca cantidad pero varias veces al día, ya que su metabolismo es muy rápido.


El pez guppy es pacífico  por lo que podremos tener un grupo de ellos en el mismo acuario. Aunque cabe destacar que no son demasiado compatibles con los peces territoriales, ya que estos últimos prefieren espacios amplios y tranquilos, y la naturaleza activa de los guppys puede irrumpir en el territorio de peces más agresivos y resultarles molesta.


En cuanto a la reproducción de los peces guppy, cabe destacar que son ovovivíparos, es decir, los alevines se desarrollan en huevos dentro del vientre de su madre. De esta forma, se alimentan de un saco vitelino y no directamente de la madre como los vivíparos.



No hace falta ninguna atención especial para que se reproduzcan. Basta con  que haya un macho y una hembra para que ocurra (aunque es conveniente tener 3 hembras).
Cuando un macho fecunda a una hembra, ésta almacena el esperma en una bolsa llamada espermoteca con lo que puede quedarse embarazada varias veces sin necesidad de que la vuelvan a fecundar.


Sabremos que la hembra está embarazada cuando veamos que le crece la tripa y que le aparece una mancha negra cerca del ano que se irá haciendo más grande conforme se acerque la fecha del parto (1 mes aproximadamente).

El número de alevines que dan a luz oscila 20 y 70. La mayoría de ellos no llegaremos a verlos porque la hembra no cuida a sus crías es más, las devora si tiene la ocasión. Para evitarlo, deberemos tener abundante vegetación en el acuario con alguna planta flotante (riccia, lenteja de agua...) para que se refugien los alevines ya que suelen subir arriba atraídos por la luz del acuario. También podemos poner a la hembra embarazada en una paridera para proteger a las crías de ser devoradas.